un paseo por el bosque de hojas blancas
entre las vendas de la verdad, esparando versos con besos de plata. Un brillo en los ojos fruto del sueño de las pesadillas. Un manto sobre las conciencias que corona las gárgolas de las altas torres. Palabras en silencio entre el rumor de un gato. Calla en silencio sin saber. Caminante de la luz, acechante de la sombra. Entre ellos el velo de las mil serpientes del templo de la hoja.
La luz sin saber porque
Dos gatos con una estrella
Sentados sobre el muro, enrejado con rosas
un corazón de cristal encerrado en una ánfora en el santuario de la virtud
Palabras calladas
velas sin velo
velocidad celeste
Un barco que cruza a través de las estrellas con una bendición
Esperas en la noche...
Níctome junto al árbol blanco
Tejedoras de hilos de metal
Sangre alada ante el tótem de nuestos mitos
La carta sellada con el sello de un reino muerto
Esperando...
Tres velos, dos palabras, un café en la noche y anís por la mañana
Hoy las copas se sirven por amistades muertas
En el templo de la sangre lleno de redomas de vino
Especiado, no escanciado el tonel de sidra
Una tierra sin monasterio
Cuatro vientos sinceros
tempestad bajo la boreal corona
de picos brillantes
Nublados los ojos
ensangrentando corazones
Y siguen esperando en silencio
Ante las rosas blancas y rojas
Callan...
No saben, no escuchan
Tiemblan y la estupidez de muchos no se condena
Súplicas...
Metal mal forjado, quimera renuente de la mano del artesano
Atesorado en un lustroso cofre impío
Pulido mas no bien bendecido
Falso sacramento
Herejía perdida
Con la falsa muerte, que no engendra vida
martes, 6 de mayo de 2008
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