martes, 22 de abril de 2008

Buscadores del paraíso del tiempo

Hoy la visión, de más allá de las leyendas trajo el conocimiento de las línes del tiempo. Entre los pilares del saber encontramos a los otros que estaban, a quienes bajo el palio de la dama de la clepsidra y arena nos trajeron luz.

Divagamos entre los corredores del laberinto, esperando sus palabras.

Discutíamos con soldados de valerosos ejércitos y conocimos dragones.

Dorado Asgard, al caminar entre nubes

Recorremos la senda y siempre añoramos a los que se van!!!

Cuan falsa es esta mentira si por cuanto permanecen en nuestros corazones, nuestras esperanzas nos devuelven su visión.

Hermosura es tu nombre, trenzado entre ramas

Esperando como toros

un sacrificio alado

imaginación sublimada, cadenas de agua

Ante la gran ballena, arrojaos al abismo profundo.

Las aguas primordiales llevan en la naso sangre de oro

Y una dama de máscara dorada habla con las palabras de un soñador de imágenes animadas.

El que mira con ojos de oro

El que nunca perdió el amor añorado

Recorrer las teclas ante la aparición

Una banshee inconmensurable atrapadora, una elegía que dulcifica el alma.

El rigor del rubeus, con la dorada corona del sol en sus espaldas

Blancos rebeldes, perdidos en cadenas de tiempo

La cura de un tranquilo reino de sanadores

De llantos derramados entre la gran tormenta de arena...

Encerrando a las bestias de salvaje mordida hermanadas con la noche celeste

Hasta que renazca el nuevo día hasta que la lanza se alza de nuevo para guiar al que va tras quien la porta.

Caminar un destino, siempre con la curiosidad del gato sobre las ramas. Oh, Alicia!!!!

Separar lo pesado de lo livinano, lo volátil de lo místico, trances desperdigados.

Asechanzas cínicas. una afrenta de la estrella de la ley...

Rugen las mareas, cuando suben los albatros altos.

Cuando rompen todas las barreras, cuando las nubes cristalizan cunado tu voz me llama.

Cuando por cada hora miro el alma, una mate lámina negra

Un espectral en negativo

Entre paredes de radiado

Entre el espiral ascendente

Y una fachada de caballos alados coronada por las dádivas de la esfinge nos dan el regalo del conocimiento otra vez.

Cuando de nuevo se mira a los chaclaes con ojos de advertencia y un ninja espera sentado entre las dieciocho torres de la sacra

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