Para los que no quieren escucharnos.
Para los tejedores de mentiras, día sí, día también.
Tanto de hoy como de mañana, porque la ambición ciega no descansa
Para los violadores del ideal del sueño
Para la escoria de dulces vestiduras
Para las voces de legalidad más justas
Para que no pierdan la cordura por el sendero de espinas
Para que la muerte arranque un quejido de los impíos
Para los que sacralizan un falso signo
Para acabar con los miserables que juran por nada
Quienes trabajan para que haya nada
Para las banderas traidoras de la alta sabiduría humana
Para zorros y corderos
Para sangres huecas
LOS DE LOSAS BIEN PULIDAS
PANTEONES DE PODREDUMBRE
EN SECO CON EL PERGAMINO Y ACEITE...
Para detener los fuegos que no prenden
sábado, 12 de abril de 2008
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